lunes, 29 de diciembre de 2014

PENITENCIAS




 

A Vasile Pascanu

con amistad perpetua

 

Que se consuma el tiempo

en su vapor de aliento desgarrado.

Que se calcinen los astros

en el volcánico caldero de su entraña.

No he mirado hacia atrás.

Desde hace mucho que no volteo

a ninguna parte, amigo.

El futuro es burbuja frágil

al que instigo con agujas

y todo porvenir con implosiones.

Se han ido las abstracciones

que hacíamos en las calles.

¡Que se consuma el tiempo

en su enlodada cima!

 

Vuelve a entrenar

piadoso como eras,

a tus ratas y palomas,

cultiva su hambre de seguir estando

por el deber irreprochable

de la célula y la alquimia.

 

Pero que te deje en paz el año por venir,

pues no dependes de sus giros,

mi más preciado amigo,

ni de sus arbitrarias penitencias.



                *       *       *
  

martes, 23 de diciembre de 2014

Snowflake




A flake of snow

brings every winter in the belly,

a memory stunned by the cold,

the perpetual goodbye

of the skies.


And what if I can't 

wake up tomorrow!

The light will always come

to spray the everlasting ice.

The petals hibernate at this time

in secret passages open

to elucidate new perspectives.


A flake of snow

falls with the frosty heart of joys,

and a song that repeats

when our night descends.




               *        *       *

martes, 16 de diciembre de 2014

LOS FRAGMENTOS DE LA REVELACIÓN (libro nuevo)



Comunidad y Cultura Local
Yo sumergiré al sol entre las sombras: Hans Giébe
Hans Giébe. Foto: El Sol de Hidalgo.
El Sol de Hidalgo
16 de diciembre de 2014

Por Francisco Curiel

Pachuca, Hidalgo.- "Los Fragmentos de la Revelación" incluye un preludio elaborado a manera de introducción, conjuntamente con dibujos hechos por su autor y 144 fragmentos escritos en verso libre y prosa breve, para una travesía, desde la introspección de quien los padece y escribe a lo largo de cinco países: Alemania, Holanda, Bélgica, Francia y México.

El tema de fondo es el testimonio de una voz cargada de tintes poéticos que se abisma constantemente en su frágil y efímera condición, en su mortalidad deliciosamente elaborada, "prevaleciendo la constante de una ruptura entre el individuo y la sociedad".

Esta tensión que confronta al uno con el todo, es una idea ya explorada por Carlyle, Kierkegaard, Nietzsche o Canetti, entre otros pensadores. El autor de los 1001 Soliloquios tiene como constante ese rompimiento con los modernos "Yo no creo en la civilización ni en sus progresos; sólo creo en lo que acontece en el adentro".

Hans se atreve a ir más allá con una consigna directa: "¡Modernos, miserables modernos! ¡Innúmeros enjambres de carne putrescible! ¡Yo me opongo a ustedes con mi robusta llamarada de individualidad y grumo! ¡Yo, sumergiré al sol entre las sombras!"

En el preludio de Los fragmentos se reincorpora la figura del rapsoda, pero no es ya aquel declamador de la épica griega, o el sabedor de los versos de Píndaro y Homero, sino un condenado, un heredero de aquel orgullo que llevó a Thamyris, el príncipe de los rapsodas, de la plenitud de la Grecia mitológica a una era de silencio.

Los 144 fragmentos que constituyen el libro tratan distintos aspectos del autor. Muy pocos se nutren de situaciones imaginarias, y la mayoría de ellos fueron escritos in situ, sin correcciones y en plena efervescencia de palabras.

El Cisne es el primer fragmento que inaugura la entrada de todos los textos por venir. Verso tras verso se fue acunando en la mente del escritor con un orden preciso y extrañamente dictaminado. Es una crítica estética contra el momento de auge económico del pueblo alemán. Ese orden excesivo que intenta excluir hasta la muerte. La ausencia de poetas reaccionarios al estilo de la bohemia decadentista, hizo que Hans Giébe cuestionara el curso de la modernidad. Hay un aspecto antagónico entre razón y sensibilidad, además del yo poético propio del rapsoda cantando desde su destierro. Ni siquiera se atreve el autor a denominarse poeta, o a sus escritos, poemas. Es un rapsoda que intenta reivindicar los antiguos rituales del verbo.

Hans Giébe nació en Pachuca en la década de los ochenta. En la capital hidalguense cursó sus estudios superiores. Retomó el camino del arte en Westfalen, Alemania, donde puso en sus manos nuevamente una pluma y un pincel.

Fueron publicados algunos de sus escritos, en Amsterdam, en 2012, donde también participó en exposiciones plásticas.

Un poema de largo aliento fue concebido en Paris, lo tituló Evocación al Silencio (2013), además de recopilar un trabajo filosófico, a la aforística, titulado 1001 Soliloquios (2014), y, recientemente, "Los Fragmentos de la Revelación", que se presentará el viernes próximo, a las 18 horas, en el pachuqueñoCentro de Arte y Filosofía (Fernando Soto 303).

Administra el sitio virtual llamado 'The Seventh Verb' (http://7verbs.blogspot.com) donde escribe periódicamente textos de diversa índole en los idiomas inglés y español.

A principios del 2015 incursionará en el gremio editorial con un sello propio: Vozabisal, presentando una novela histórica ambientada en la Revolución: "Mariana y el general", escrita por un excelente poeta y nieto de un estratega zapatista: Alejandro Zenteno.

Desde hace algunos meses, Hans forma parte de la Asociación de Escritores Hidalguenses, donde está encargado de la dirección editorial y de un taller de Lectura y Creación Literaria que imparte todos los martes a las 18:00 horas (calle Valladolid 100-C, a un costado del parque Hidalgo).

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miércoles, 10 de diciembre de 2014

One of many




One of many,

this is who i am.

One grain of silence

among the obscurity. 

A seed of rust,

dirty granule of dust.

My name is nobody,

my creed 

has been forgotten. 

I have no words

in my mouth.

I´m dry like a stone

on the road.

One of many,

this is who I am.


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jueves, 4 de diciembre de 2014

AGUSANADOS

Siempre

la parte más desvencijada

gana.

El rechinar sin pausa de los dientes,

el lado más vil de nuestro ego.

La verdadera naturaleza del hombre

no es más que un pedazo putrefacto

de ánima agusanada.

No me avergüenzo en admitir

que en general estemos gangrenados

por la adulación,

sin una pizca de vergüenza,

con la plena falsedad en nuestras manos,

que se abren y se cierran

sin la menor ofensa.

Escupimos la mentira

en la cara de los otros,

la fertilizamos cuidadosamente.

¿Qué de bueno hay en ser humano?

¿Qué de loable ante las demás criaturas?

Hubo un tiempo

en que éramos centinelas de lo bello.

A mera caricatura descompuesta

hemos llegado,

y nos decimos modernos,

y nos inventamos deidades

para no caer en sinsentidos.

Retirar las quimeras post-terrenales,

¡Quítenselas!,

para que vean que siguen siendo

un implume guajolote.




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